La manera de aprender conductas es muy diversa en los animales.
Köhler en 1920 elaboró una teoría basada en el concepto de comprensión para explicar cómo aprendían los animales. Esta teoría pretende explicar de qué modo los primates pueden resolver situaciones complejas de aprendizaje. Experimentó mediante chimpancés encerrandolo en una jaula con unos platanos colgados del techo de tal manera que no los podia alcanzar. Dentro de esta jaula había una
serie de cajas de distintos tamaños y unas cañas de bambú que encajaban entre ellas. Tras un tiempo intentando alcanzar los plátanos, el chimpancé utiliza las cajas y el bambú para conseguirlos. Según Köhler el chimpancé ha aprendido todo esto por comprensión, ha combinado dos experiencias anteriores y ha creado una respuesta nueva para resolver el problema.
Este funcionamiento también es caracteristico de personas pero nosotros utilizamos muchos más elementos y ante problemas mucho más complejos.
Lorenz estudió otro tipo de aprendizaje en los animales llamado impronta.
Este aprendizaje se desarrolla en un período muy limitado de la vida del animal. Cuando se adquiere, es muy estable y a veces irreversible. Sus consecuencias pueden aparecer mucho tiempo después de haberlo adquirido.
Lorenz hizo una investigación trabajando con patos que hemos visto en la primera entrada de este blog.
Dividió un grupo de huevos, unos los incubó su madre mientras que los otros fueron incubados
artificialmente. Al nacer, los del primero siguieron a su madre mientras que el segundo grupo seguía a Lorenz.
Este se trata de un aprendizaje de orientación, seguimiento y vínculos familiares por lo que se convierte en un aprendizaje irreversible.
Esta conducta también puede encontrarse en las personas, por ejemplo, en el primer año de los humanos se ha encontrado una gran importancia hacia la persona que ha pasado mas tiempo con ellos. Si esta relación se pierde o modifica puede crear conflictos en los niños.
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